«Tras la marca» y la responsabilidad social

Cómo saber qué marcas son ejemplos de responsabilidad social

05 enero, 2015

Extraído de http://www.behindthebrands.org/es

¿Podemos ser más conscientes de aquello que compramos? A veces nos puede parecer que hacerlo requiere grandes dosis de investigación, que es un esfuerzo inviable en nuestro día a día. Que conocer a las marcas que compramos nos va a consumir un tiempo que no le vamos a poder dedicar, a pesar de que queremos ser responsables con nuestras compras.

Por eso te vamos a proponer unas maneras sencillas de asegurarte de que tus marcas favoritas actúan con respeto en el cuidado de su entorno.

ejemplos de responsabilidad social 

Respeto a los derechos humanos

La explotación laboral es un tema que aun está por resolver. Puede que estemos contribuyendo a ella cuando compramos sin conocer de dónde vienen los productos que adquirimos y cómo han sido producidos. O cuando pagamos un precio sospechosamente bajo y no nos planteamos si las condiciones de fabricación vulneraron alguno de los derechos humanos. Sucesos como el del mayor accidente en la industria textil en Bangladesh, donde 1.138 personas perdieron la vida, remueven nuestras conciencias. Lo hace porque sabemos que tragedias como ésta podrían haberse evitado.


Marcas que promueven la responsabilidad social

Existen herramientas que te facilitan información sobre las marcas que adquieres, para poder así contribuir con tus compras a eliminar la injusticia social. Si todos las utilizamos, seremos capaces de ejercer mayor presión sobre las marcas para que se comporten de forma más responsable.

Una de estas herramientas es Tras la Marca. Lo bueno de ella es que no necesitas dejar de comprar tus productos favoritos, ni consumir gran cantidad de tiempo en entender cómo funcionan las marcas que los producen.

Cuando entras en Tras la Marca puedes seleccionar con un solo clic una marca y podrás ver su puntuación, que va desde el insuficiente al bien. Las marcas son evaluadas en distintos ámbitos de comportamiento, como eltratamiento de las tierras y los agricultores, la transparencia, el trato a sus trabajadores o a las mujeres, así como el respeto al medioambiente.

behind2

Las puntuaciones se actualizan cada trimestre para que puedas ver la evolución del comportamiento de tus marcas favoritas. Además, desde la propia página web puedes compartir la puntuación de cada marca en las redes sociales.

Si no encuentras tus marcas favoritas en Tras la Marca puedes probar con Good Guide, una web que acumula más de 250.000 productos distintos con valoraciones científicas en tres ámbitos; salud, medioambiente e impacto social.

Comercio Justo como garantía de compra responsable

Acostumbrarnos a comprar productos de Comercio Justo es la mejor forma de estar tranquilos con el precio que pagamos por los productos que consumimos. El sello de Comercio Justo asegura que se ha causado el menor impacto negativo en toda la cadena de producción, eliminando la explotación laboral y medioambiental y remunerando a los productores con la cantidad adecuada por las mercancías que producen.

fair trade

El sello que identifica los productos de Comercio Justo lo emite Fairtrade Labelling Organizations International, organización con sede en Bonn (Alemania), que coordina a nivel internacional la certificación de estos productos.

 

Tu opinión es clave

Sabemos que el mercado es complejo y la cadena de producción tiene muchos eslabones. Pero también sabemos que la reputación de las grandes marcas es un factor determinante para que obtengan beneficios y debemos utilizarlo a nuestro favor. Podemos recurrir a las redes sociales, como Facebook o Twitter, para conversar directamente con ellas y proponerles los cambios que nos gustaría que adoptaran. Cada pequeño paso acorta el camino hacia un mundo más justo.

Por ejemplo, este verano Kellogg’s se comprometía a reducir sus emisiones contaminantes en el conjunto de sus actividades gracias a la campaña puesta en marcha por los consumidores. El paquete de medidas que esta empresa ha desarrollado para ser más responsable incluye un mejor trato a los agricultores, la lucha contra la deforestación y la exigencia de que sus proveedores adquieran también comportamientos responsables, entre otras.

Ejemplos como este prueban que podemos, de forma sencilla, dar un paso más en nuestra responsabilidad como consumidores, uno muy pequeño en comparación con los beneficios que obtenemos para el planeta. ¿Vas a perder la oportunidad de participar en este cambio?

 

Voluntariado: una red que se teje entre todos

Extraído de http://cdn2.hubspot.net/hub/426027/file-2354495685-pdf/Ebooks/ebook_Voluntariado.pdf?t=1421662361000

ebook_Voluntariado por Oxfam Intermón

Si eres una persona implicada en causas sociales y a la que le gusta ayudar a los demás de forma altruista y desinteresada, ¡esta guía es perfecta para tí! El voluntariado es una pieza fundamental para transformar la sociedad y contruibuir a construir un mundo mejor. Saca tu lado más solidario y comparte toda tu experiencia y tu tiempo con aquellos que más lo necesitan.

¿Voluntariado? ¡Sí!

Existe una gran variedad de campos de acción y programas de voluntariado en los que puedes participar. En esta guía te explicamos:

  • Las principales características de cada campo de acción.
  • El tipo de voluntario que buscan.
  • Las entidades a las que dirigirte para informarte sobre el voluntariado.
  • Los pasos que debes dar para convertirte en voluntario.

A partir de aquí, sólo tienes que elegir qué programa de voluntariado se adecua mejor a tu carácter, tus valores y tus inquietudes y disfrutar al máximo de la experiencia.

Clasificación mundial de la alimentación

Clasificación mundial de la alimentación

Web

Date posted: January 16, 2014

Países Bajos encabeza la nueva clasificación mundial sobre alimentación de Oxfam

De acuerdo con el nuevo análisis sobre alimentación realizado por la organización internacional del ámbito del desarrollo Oxfam, Países Bajos ocupa la primera posición de la clasificación por contar con la dieta más variada, nutritiva, saludable y asequible* del mundo, por delante de Francia y Suiza que ocupan el segundo puesto. Chad, en cambio, ocupa el 125º lugar (último puesto del ranking), por detrás de Etiopía y Angola.

Varios países europeos ocupan los 20 primeros puestos junto con Australia (que ocupa el 8º lugar), mientras que Estados Unidos, Japón, Nueva Zelanda, Brasil y Canadá se quedan fuera de las primeras clasificaciones. Por el contrario, los 30 últimos puestos de este índice están ocupados por países africanos, a excepción de cuatro: Laos, Bangladesh, Pakistán y la India.

En esta nueva clasificación sobre alimentación, Oxfam compara datos de 125 países con el objetivo de obtener una imagen clara de los retos a los que la gente se enfrenta a la hora de alimentarse. En el marco de su campaña CRECE, Oxfam hace un llamamiento a cambiar de forma urgente el modo en el que la comida se produce y distribuye en el mundo para acabar con la lacra del hambre puesto que, a pesar de que en el planeta se producen alimentos suficientes para alimentar a todos sus habitantes, una de cada ocho personas se acuesta cada noche con hambre. Para elaborar esta clasificación se ha valorado si las personas cuentan con suficientes alimentos que comer y si siguen una dieta saludable, así como la calidad de la comida y su asequibilidad.

En relación a la asequibilidad, Reino Unido cuenta con uno de los peores indicadores con respecto a otros países de Europa Occidental, compartiendo el puesto número 20 con Chipre. En Gambia, Chad e Irán, los alimentos cuestan 2,5 veces más que cualquier otro bien de consumo, siendo, por tanto, los países en los que más caro resulta comprar comida. Por el contrario, y en términos relativos, los precios de los alimentos en Estados Unidos son los más económicos y estables del mundo. Asimismo, el estudio ha concluido que Angola y Zimbabue son los países en los que los precios de los alimentos sufren una mayor volatilidad.

Los países en los que resulta más difícil conseguir comida suficiente (aquellos con las tasas más elevadas de desnutrición y bajo peso infantil) son Burundi, Yemen, Madagascar y la India. Por otro lado, Camboya y Burundi son los países que mejor puntúan en materia de obesidad y diabetes (aquellos con los niveles más bajos de todo el mundo), mientras que Estados Unidos, México, Fiyi, Jordania, Kuwait y Arabia Saudí son los países con los niveles de obesidad y diabetes más elevados.

Con respecto a la calidad de los alimentos –valorada en términos de diversidad nutricional y acceso a agua salubre–, Islandia obtiene la máxima puntuación. Sin embargo, los niveles de obesidad y diabetes le hacen descender en la clasificación hasta el puesto número 13. Por estos mismos motivos, Estados Unidos desciende en el ranking hasta el puesto número 21.

La directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byanyima, ha señalado: “Esta clasificación analiza aquellas cuestiones que más preocupan a las personas en relación a la alimentación, con independencia de dónde sean. Pone en evidencia que el mundo no es capaz de garantizar que todas las personas puedan alimentarse de forma sana, a pesar de que sí hay alimentos suficientes para ello”.

“La pobreza y la desigualdad son las verdaderas causas del hambre. Cuando la gobernanza es pobre, cuando la distribución es desigual, cuando los mercados fallan y cuando las personas carecen de dinero o recursos suficientes para comprar los alimentos o acceder a los servicios que precisan, se padece hambre”, afirma Byanyima. “Contar con alimentos saludables y suficientes es un lujo del que gran parte del mundo carece”.

Oxfam trabaja en todo el mundo para proporcionar soluciones a largo plazo que ayuden a las personas a cultivar alimentos suficientes para comer o ganarse la vida. En Chad, Oxfam ayuda a familias agricultoras a diversificar sus cultivos, a acceder a formación veterinaria que les permita tener un ganado más resistente, y a construir almacenes de alimentos para que, así, las personas estén mejor preparadas en el que caso de que se produzca una nueva sequía.

A través de nuestra campaña CRECE, desde Oxfam demandamos una mayor inversión en la agricultura a pequeña escala y mejores infraestructuras que permitan impulsar la producción agrícola, disminuir la generación de residuos y mejorar el acceso a los mercados. Asimismo, desde Oxfam también exigimos: la eliminación de los objetivos en torno a biocombustibles que provocan que muchos cultivos que deberían estar destinados a alimentar a personas que padecen hambre acaben en los depósitos de los automóviles; acciones urgentes contra el cambio climático; una mejor regulación de los mercados de materias primas alimentarias para evitar incrementos súbitos de los precios de los alimentos; y una mejor protección de los derechos de las pequeñas familias agricultoras para que no pierdan las tierras de las que dependen para cultivar alimentos.

Metodología

En esta clasificación se valoran cuatro aspectos clave para los consumidores y consumidoras de todo el mundo, teniendo en cuenta dos indicadores diferentes para cada uno de ellos:

  1. ¿Tienen las personas suficientes alimentos para comer? – Valorado en función de los niveles de desnutrición y bajo peso infantil.
  2. ¿Pueden las personas permitirse comprar suficientes alimentos para comer? – Valorado en función de los precios de los alimentos en comparación con otros bienes y servicios de consumo, y según el nivel de volatilidad.
  3. ¿Es buena la calidad de los alimentos? – Valorado según la variedad de la dieta y el acceso a agua salubre, limpia y segura.
  4. ¿Cuáles son los efectos principales de la dieta en la salud? – En función de los niveles de obesidad y diabetes.

Para este estudio se han identificado ocho fuentes de información internacionales que cuentan con datos sobre distintos aspectos del mercado alimentario relevantes para la elaboración de esta tabla. Los datos utilizados son los más recientes, proporcionados por reconocidas organizaciones internacionales: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización Mundial de la Salud y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Para crear una tabla con datos internacionales comparables se han utilizado fuentes de alcance mundial que puntuasen estos aspectos en 134-200 países y territorios.

Cada una de las fuentes utiliza sistemas de medición distintos por lo que ha sido necesario estandarizar los datos para que pudiesen ser comparados. Para ello, se ha utilizado un estándar de valores mínimos y máximos, convirtiendo los valores según una escala de 0 a 100 en la que la puntuación mínima (la mejor) es 0 y la máxima (la peor) 100 puntos. El proceso consiste en identificar los países con las puntuaciones máximas y mínimas según los valores originales, puntuarlos con 0 y 100 puntos respectivamente, y recalcular las puntuaciones del resto de países en función de esta escala.

La conversión de los valores originales a esta escala ha permitido que las puntuaciones finales sean comparables entre sí. Sin embargo, sólo se han incluido en la clasificación aquellos países para los que se cuentan con datos para los ocho indicadores, a excepción del indicador relativo al bajo peso infantil dado que no existen datos a este respecto para la mayoría de los países desarrollados. Así, se ha considerado que aquellos países que cuentan con una puntuación mínima en desnutrición también cuentan con la mejor puntuación para bajo peso infantil. Así, en esta clasificación se puntúa a un total de 125 países. En aquellos casos en los que no se observan puntuaciones mínimas o máximas, esto significa que hay países con mejores o peores puntuaciones que, sin embargo, no han sido incluidos al no tener datos para todo el resto de indicadores (disponibles datos sin procesar de todos los países).

Tabla de clasificación – Mejores y peores puntuaciones

Cuestiones e indicadores principales

País con mejor puntuación

País con peor puntuación

Puntuación combinada

Países Bajos (6)

Chad (50)

1. Suficiente que comer

Varios países

(28 países; puntuación: 0)

Burundi (89)

Desnutrición

Varios países

(62 países; puntuación: 0)

Burundi (100)

Población infantil con bajo peso

Varios países

(28 países; puntuación: 0)

India (96)

2. Alimentos asequibles

Estados Unidos (6)

Angola (90)

Nivel de los precios de los alimentos (con respecto a otros bienes y servicios)

Países Bajos (6)

Guinea (100)

Volatilidad de los precios de los alimentos

Japón, Canadá y Estados Unidos (1)

Angola y Zimbabue (100)^

3. Calidad de los alimentos

Islandia (0)

Madagascar (86)

Variedad de la dieta

Islandia (0)

Bangladesh y Lesoto (98)

Acceso a agua salubre y segura

Varios países

(32 países; puntuación: 0)

Mozambique (75)

4. Dieta poco saludable

Camboya (1)

Arabia Saudí (54)

Diabetes

Camboya (0)

Arabia Saudí (61)

Obesidad

Bangladesh, Nepal y Etiopía (0)

Kuwait (58)

Informe completo en Clasificación Mundial de la Alimentación

Extraído de http://oxfammexico.org/crece/clasificacion-mundial-de-la-alimentacion/?utm_source=oxf.am&utm_medium=wM4&utm_content=redirect

«Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos», informe de Óxfam Intermón

Extraído del Facebook de Intermón Óxfam en Valencia

Informe completo – Acabar con el hambre en el mundo

Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos

 

El hambre es evitable. Sin embargo, el objetivo de Naciones Unidas de reducirla a la mitad en el año 2015 no se cumplirá. Los recortes en la ayuda internacional, los intereses comerciales sobre las tierras o el cambio climático mantienen a 842 millones de personas en condiciones de hambre crónica. No podemos abandonar la lucha contra el hambre.

 
Mapa del Hambre. Fuente FAO

Mapa del Hambre. Fuente FAO

De los 842 millones de personas que sufren hambre, 552 viven en Asia, 223 en África subsahariana y 47 en Latinoamérica y Caribe. La situación más alarmante está en algunas regiones de Congo, Etiopía, Mozambique, Tanzania o Haití donde más de un tercio de la población sufre hambre o en Burundi o Eritrea donde la proporción alcanza más de la mitad.

Mapa del Hambre. Fuente FAO

Lee el informe Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos

¿Qué podemos hacer?

El sistema alimentario está construido por y a favor de una élite que busca seguir produciendo beneficios y de unos políticos que defienden el status quo. Pero esto puede cambiar.  Acabar con el hambre está al alcance de nuestras manos.

  • Informarnos, organizarnos y presionar a los gobiernos para que asuman su responsabilidad y diseñen y financien políticas que garanticen el derecho a la alimentación, un derecho humano fundamental.
  • Consumir de forma responsable, exigir responsabilidad a las empresas que producen los alimentos que consumimos.
  • Solidarizarnos con las causas de otras ciudadanías y sociedades civiles organizadas de los países en desarrollo para que puedan cultivar sus propios alimentos.
  • Colaborar con las ONG de desarrollo que trabajan para que las poblaciones de los países en desarrollo puedan cultivar sus propios alimentos.

¡Tú puedes! Ejemplos de logros de Oxfam Intermón

  • Gracias a nuestra campaña mundial CRECE hemos conseguido, entre otras cosas, que los gobiernos de África del Oeste reconozcan que están incumpliendo su promesa de destinar el 10% de sus presupuestos a la agricultura. También hemos introducido con fuerza el debate sobre el acaparamiento de tierras en el Banco Mundial y hemos logrado que el Gobierno de Guatemala se comprometa a dar tierras a las 769 familias desalojadas del Valle del Polochic.
  • La campaña Tras la Marca ha conseguido que grandes empresas como Coca-Cola o Nestlé y Mars se comprometan a cambiar sus sistemas de producción para hacerlos más justos y respetuosos con el medio ambiente. Todavía puedes unirte a la campaña.
  •  Oxfam Intermón es el primer importador de Comercio Justo de España. Consume Comercio Justo en nuestras tiendas y búscalo en las grandes superficies. Además, visita nuestra sección de regalos que cambian vidas y nuestra tienda on-line.
  • Gracias a nuestra campaña Alimentos con poder vamos a acabar con el hambre de muchas familias en todo el mundo. ¡Participa! Puedes mandar un sencillo SMS con la palabra Alimentos al 28018 y aportar tu granito de arroz o hacer donaciones más cuantiosas en la pagína web.

El poder del Consumo Consciente para cambiar realidades, por Héctor Conesa

Interesantísima entrevista a Héctor Conesa, de Óxfam Intermón Óxfam, y que habla de la repercusión que tiene nuestro consumo diario.

Extraído de http://www.agenda.hectorconesaespacios.es/?p=2563

1.- ¿Qué es el Consumo Consciente?

Qué también es comúnmente conocido como Consumo Responsable.

El Consumo Consciente es una herramienta de transformación social y medioambiental.

Al igual que se crean ONGs para desarrollo comunitario, defensa de la naturaleza y de los derechos humanos o para asistencialismo en países asolados por catástrofes, también existen otras herramientas de transformación social como las campañas de recogidas de firmas para presionar a determinados cambios políticos o el asociacionismo y colectivización, donde los ciudadanos trabajan juntos para mejorar las cosas.

Pues bien. El Consumo Consciente es otra herramienta de transformación social más. Pero con una especial característica. Es una forma de activismo instantánea, al alcance de cualquier persona y en cualquier momento del día. Se basa en el poder de la elección.

Me explico. Si observas bien, prácticamente todas las realidades humanas que nos rodean son obra de empresas, son consecuencia de una actividad económica. Y esas empresas siempre tienen un impacto social y medioambiental sobre el mundo. Podríamos afirmar que hoy en día el diseño del mundo corre de mano de empresas, con mucha más fuerza que de los gobiernos. Son los intereses económicos los que mueven el mundo. Y detrás de esos intereses hay ventas, existen consumidores dispuestos a comprar un determinado producto. Realmente lo que provoca la existencia de esas empresas es la demanda de los consumidores. Sin esa demanda esas empresas no saldrían rentables, no existirían. Digamos que el consumidor confiere existencia a esas empresas. Más aún. El consumidor financia a las empresas y por tanto co-crea y permite construir moralmente el mundo más allá del producto o servicio que recibe a cambio del dinero que paga por ello. Los consumidores somos el talón de Aquiles del sistema. Sin nosotros no existiría todo lo que nos rodea. El consumo es el voto más democrático que existe. El consumo es el voto económico.

Pues ahora es cuando aparece el Consumo Consciente. Buscamos información sobre el impacto social, animal y medioambiental de las empresas que fabrican lo que adquirimos. Y con información en la mano optamos por comprar a aquellas empresas que mejor lo hacen, que más benefician a sus trabajadores, que más respetan a los animales y que más limpia e intacta mantienen la naturaleza con su actividad fabril o extractiva.

Últimamente se usa más la acepción de consciente que de responsable, porque conocer lo que pasa nos permite elegir, ser conscientes del contexto mundial en el que nos movemos. Pero siempre con unas limitaciones personales que nos impiden hacernos absolutamente responsables de todo lo que pasa. Sólo podemos responsabilizarnos de líneas de actuación donde podamos elegir, el resto simplemente se convierten en contexto, contexto que hay que conocer y cuya consciencia nos permite situarnos y saber hasta dónde podemos llegar, hasta donde podemos marcar las fronteras de nuestra acción. Acción que se hace más ancha, conforme vamos conociendo más y más, siendo más conscientes. Piensa global, actúa local.

Y cuando no tenemos alternativas reducimos al máximo el consumo. Reducir, a nivel personal, es la otra cara del Decrecimiento, a nivel global, tan necesario para este planeta sobre-explotado. Optamos por conductas que precisamente eviten el problema de raíz, como reutilizar y reparar satisfactores de consumo que ya poseemos. Compartimos, intercambiamos o simplemente satisfacemos nuestras necesidades más con personas que con cosas. O mejor todavía, eliminamos necesidades superfluas. Vivimos con menos. Realmente lo que más nos llena y transciende son las relaciones humanas de amistad, compañerismo y familiares, que ni cuestan dinero ni tienen un impacto negativo sobre el medio.

De esta manera convertimos nuestro rol de consumidores en un rol de activismo, en una herramienta para mejorar y llevar ese mundo hacia el lugar que todos deseamos, un lugar de paisajes bellos y seres felices.

2.- ¿Desde cuándo existe el Consumo Consciente?

Cómo podrás imaginar consumir conscientemente aúna una gran cantidad de actitudes y actividades. Detrás del Consumo Consciente está el medioambiente, la solidaridad y la salud.

Desde que se empezara a nombrar el concepto de ecología y solidaridad, casi que empezara el Consumo Consciente. Las famosas 3 Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar) ya son una forma de Consumo Consciente. Los años 60 conocieron los primeros movimientos de defensa del medioambiente de manera más institucionalizada. Y la solidaridad no tiene fecha. Se extiende hasta el confín de los tiempos, desde que el ser humano es ser humano.

Sin embargo la propuesta de alternativas al abuso y a las duras condiciones laborales de los trabajadores y trabajadoras del sur, en el llamado tercer mundo, se dio en Holanda en los años 80, con la aparición del Comercio Justo. La iniciativa paradigmática del Consumo Responsable o Consciente. El Comercio Justo proponía y propone un modelo económico alternativo al capitalismo atroz, donde los intermediarios entre el productor y el consumidor se minimizan y se garantizan ingresos justos a estos primeros así como acuerdos de pre-financiamiento, contratos a largo plazo y un apoyo directo al desarrollo de sus comunidades. Frente a personas que trabajan 80 horas semanales en duras condiciones laborales y por salarios que suponen entre la mitad y la octava parte, según países, del salario digno que necesitasen para mantener a sus hijos y a ellas mismas, se proponen las primeras empresas exportadoras del sur donde se presta una atención premeditada al bienestar de sus trabajadores y del medioambiente.

Pero hablar de Consumo Consciente, como decía, es hablar de muchas cosas más, como reducción de emisiones de carbono, consumiendo localmente. O buscar, siempre a través de nuestra compra, la financiación y co-creación de las realidades que más nos gustaría tener en nuestro mundo. Si yo compro, por ejemplo, una determinada artesanía, estoy dándole la oportunidad de disfrutar de su trabajo a una persona y de ser dueño de su negocio. Si yo me alimento de agricultura ecológica, estoy propiciando que el campo y sus mantos acuíferos estén libres de venenos. Si yo me hago vegetariano estaré evitando directamente la tortura y sacrificio de miles de seres sintientes como yo, como son los animales. El abanico se hace inmenso, como veis. Cada una de nuestras elecciones en el consumo se convierten en las directrices de diseño del mundo. Es la diferencia entre el bienestar o el pesar diario de un trabajador, entre la vida o la muerte de un animal o entre la presencia o desaparición de un ecosistema entero.

Respecto a las personas que puedan estar participando actualmente en este movimiento disperso no tengo datos precisos pero si te puedo decir que tras un estudio que hicieron dos sociólogos norteamericanos hace pocos años, y que titularon “Los creativos culturales”, se estimó que el porcentaje de población en los países desarrollados que tenían una forma divergente de pensar, asociada a los valores humanos, a la espiritualidad y al amor por la naturaleza, superaba el 20%. ¡Estamos hablando que más de una quinta parte de nuestras sociedades discrepa del sistema mayoritario que nos está llevando a la debacle y a una crisis ecológica sin precedentes a nivel planetario!

Aquí en España tenemos, por ejemplo, una revista paradigmática en Consumo Responsable que se edita desde Barcelona. Se llama Opciones. Y sus miles de suscriptores siguen creciendo. Así como ONGs que trabajan en Comercio Justo y Consumo Responsable, como Intermón Oxfam, Setem o Sodepau.

La realidad esperanzadora es que mucho está cambiando.

3.- ¿Me podrías poner más ejemplos?

Mira. Te lo resumo. Todo lo que me rodea en el radio de un metro. Lo que me alimenta, lo que me viste, lo que me cobija, transporta, entretiene, comunica, donde compro, donde guardo mis ahorros, la energía y el agua que consumo… Todo eso está conectado, a través de largos tentáculos de cadenas de acontecimientos con el planeta entero.

Mi elección personal en cada uno de esos aspectos, es el interruptor para poner en marcha una u otras realidades.

Por ejemplo:

1.- Estos pantalones que llevo puestos fueron comprados en una tienda de segunda mano que ocupa a personas reinsertadas socialmente. Este polo lo adquirí en un establecimiento de una ONG de Comercio Justo. Estos zapatos se los compré a un artesano en la feria más importante a nivel nacional de nuestro país de Consumo Responsable, Biocultura. No usan piel de animal en su confección. La ropa interior es más convencional. El Consumo Consciente contempla hacer siempre hasta donde uno puede. Por eso se el término consciente está sustituyendo al término responsable.

2.- En esta mochila observareis productos de consumo semanal para mí. Estos huevos son ecológicos. El primer número de identificación (el 0) nos marca que las gallinas disfrutan de libertad y de piensos ecológicos. Este pan es realmente sano. Es integral. Ecológico. Elaborado por una empresa familiar. Y hasta más barato que el convencional, pues sólo en la nevera puede durar más de una semana y con cada rebanada te sientes mucho más colmado y mejor alimentado. Estas verduras las adquiero a través de una pequeña tienda de productos ecológicos, de agricultores locales que no usan ni pesticidas ni fertilizantes de síntesis. Y además saben muy bien. Comprando en pequeños establecimientos le doy vida a la ciudad y permito que la riqueza se reparta más equitativamente, distribuyéndola entre más manos.

3.- ¿Veis esta llave? Mirad. Esta llave abre la casa donde vivo. Esta casa es de segunda mano. Por lo que un sucesivo uso al primer propietario evita el consumo de nuevos recursos minerales y energía para fabricar una nueva. Y la casa está situada en un edificio. Hay estudios que demuestran que vivir en un edificio de varias plantas es más sostenible que vivir en un chalet a las afueras. El consumo de recursos y energía para construir y desplazarnos a un tipo u otro de vivienda es realmente diferenciador. Vivir en un barrio o pueblo bien comunicado es más sostenible.

4.- Este casco es para ir en bicicleta por la ciudad. En quince minutos soy capaz de llegar más lejos y aparcar antes que con un coche, dentro de la ciudad. Y no contamino, ni emito ruidos, ni gasto dinero en combustible y hasta me mantiene en forma. Para las ciudades con muchas cuestas la bicicleta eléctrica también puede ser una solución. De cualquier forma cuando la bicicleta no es suficiente el transporte público también reduce las emisiones de carbono que tanto daño están haciendo al clima. La realidad del cambio climático está ahí. Y cada día se va notando más.

5.- Mi móvil, así como otros electrodomésticos, es de segunda mano. Con un subsiguiente uso al original evito la fabricación de un aparato nuevo, con todo el gran impacto medioambiental y social que tiene la minería. La extracción de petróleo y de algunos minerales financia o provoca conflictos armados en muchos países. De hecho, hace poco, una empresa holandesa ha sacado al mercado el primer móvil del mundo de Comercio Justo y de componentes reutilizables. La Producción Consciente es ya imparable.

6.- Mirad esta tarjeta de débito. Además de ser reciclable pertenece a la cuenta de ahorro de un banco ético. En España tenemos algunas opciones. La Banca Ética no invierte nuestros ahorros en empresas que trafiquen con armas, exploten a las personas o diezmen el medioambiente de manera sistemática, sino en empresas con valores sociales, medioambientales y culturales de inicio y completos, no anecdóticos, como hacen otras empresas para lavar su imagen.

4.- ¿No pareces ir contracorriente con esto del Consumo Consciente?

Alguien podría verme como un friki o persona demasiado purista. Pero no soy el único. Somos ya muchos.

Lo que veis es tan sólo coherencia, lógica y mi voluntad diaria de construir el mundo mejor que todos deseamos, ni más, ni menos. Sabiendo el poder que tiene mi consumo, lo uso. No permanezco quieto amparándome en que hay una gran mayoría que no se lo toma en serio, si no me haría cómplice de lo que denuncio. Decido participar yo personalmente, pues mi único poder se ciñe a lo que decido hacer con mi persona. Esa es mi única responsabilidad.

Yo os invitaría a que os hicierais la siguiente pregunta cada día:

¿Repito (sumándome a la inercia destructiva) o mejoro (precipitando nuevas realidades de manera progresiva y creciente)?

Fíjate en un detalle. Cuando yo opto por comprar un determinado producto ecológico y social que ya hay en el mercado yo me sumo a las cientos o miles de personas que ya lo están comprando y entre todos le conferimos realidad, pues lo estamos financiando. ¡Ya existe algo mejor, más ecológico, más social! Acabo de dar la oportunidad de una existencia más benevolente a algo, aunque el resto del mundo camine por el insidioso camino de la injusticia social y ambiental. Yo, personalmente co-creo una realidad más justa, justo en la que a mí me placería vivir, justo en la que si yo viviera para mí sería toda mi feliz cotidianidad y estaría perfectamente justificada para mí percepción. Y sobre todo, hago crecer la minoría ética. Será cuestión de tiempo que esta minoría se convierta en mayoría. Pero para ello será necesario que sigamos alimentando los cimientos en medio de esa contracorriente de la que hablas.

Hay gente que se pregunta que para que va cambiar un poco el mundo si el resto lo hacen mal y entonces el mundo seguirá siendo injusto. Y yo les pregunto. Si lo ven así ¿significa que para ellos su parcela personal de bienestar no tiene sentido porque en el resto del mundo hay guerras por ejemplo? Esa misma gente es feliz en su vida personal, pese a las injusticias globales. Y no dejan de serlo. ¿Por qué buscar la felicidad de otros trozos de mundo carece de sentido para ellos cuando ellos si se permiten ser felices en su trozo de mundo?

A veces nos desmoraliza el topar con nuestros propios límites de tiempo, espacio, poder adquisitivo y conocimiento. El conocimiento se puede ampliar pero el espacio, el tiempo y poder adquisitivo son los que son muchas veces. Por esa razón el Consumo Consciente no es un algo impositivo, ni una especie de catecismo obligatorio de buenas acciones. Es algo particular que se fragua en connivencia con las circunstancias personales de cada uno. No existe un único Consumo Consciente sino muchos Consumos Conscientes, tantos como tantas personas hay. El Consumo Consciente es un estilo de vida que siempre va en función de las posibilidades personales de acción de cada uno. Y ahí es donde cada cuál, en su más recóndita intimidad, sabe hasta dónde puede llegar.

El Consumo Consciente funciona cuando estás dispuesto a incluir en tu vida no sólo los objetos inmediatos que perciben tus sentidos y engalanan tu rutina diaria sino también aquellos que son, ni más ni menos, el mundo entero, el resto de personas, animales y paisajes que pueblan el planeta y que están directamente conectados con esa rutina diaria. Y este ejercicio se hace a través de la imaginación. En tu día a día haces convivir objetos percibidos con objetos imaginados, precisamente los que no puedes ver pero sí existen. Y es a través del experimentar la compasión, la curiosidad, la sensibilidad y la empatía hacia el desconocido, hacia el invisible, donde aparece el Consumo Consciente.

Cuando te sientes partícipe en la construcción de un mundo más justo tienes suficiente motivación para seguir adelante, para superar tus limitaciones. Mejorar el mundo se convierte en una pasión. Hablemos claro, aunque para algunos suene religioso o empalagoso. Trabajar por un mundo mejor es la práctica del Amor a nivel global. Extendemos el Amor, que jamás ponemos en duda en nuestros círculos afectivos y familiares cercanos, al círculo de la globalidad. Hoy en día se habla de globalización, porque todos los habitantes del planeta están entrelazados económicamente. Aprovechemos esa globalidad, no para seguir exprimiendo a los más débiles y a la Pachamama, como llaman los pueblos indígenas de América a nuestra querida Tierra, sino para multiplicar de una manera práctica, creíble y real, de una vez por todas, y con la máxima potencia, nuestro Amor.

El azúcar que da trabajo digno

Logotipo Alimentos con Poder Envia ALIMENTOS al 28018 Dona alimentos
Oxfam Intermón recibirá 1,20€. Colaboran Movistar, Orange y Vodafone. Más información
Además de nutrir, los alimentos acompañan al colegio, curan enfermedades, hacen avanzar a las mujeres, mejoran viviendas.
Con alimentos hay hambre, pero es hambre de cambios. Porque tienen poderes y cambian vidas. Las de Mariam, Alba, Hugo y Ma. Tránsito, y las de millones de personas que, como ellas, apoyamos con nuestro trabajo. ¿Quieres saber cómo?

El azúcar que da trabajo digno

Alba Zaracho es socia de una cooperativa que vende azúcar orgánico de comercio justo a países de todo el mundo. Gracias al azúcar tiene independencia económica, una formación especializada y ejerce sus derechos.

Alba
Tengo 35 años y vivo con mi madre en una casa de madera rodeada por una huerta, que nos da productos básicos, y unas pocas hectáreas de caña de azúcar. Durante la cosecha contrato a jornaleros para que corten la caña, les pago un poco más que el resto de vecinos para que lo hagan como a mí me gusta. Es un trabajo duro. De mi papá aprendí a pedirles cómo quería que hiciesen las cosas. Me decía que es muy importante cómo tratas a la gente, el respeto mutuo. A muchos varones no les gusta que las mujeres hagan trabajos en la finca. Unos te dicen: la mujer está para cocinar, para barrer y lavar ropa. Pero a mí me gusta el fútbol y practicar volei. Yo les pedía a los hombres: ¿Puedo jugar con ustedes? Y me decían: No, eres mujer y no puedes jugar al volei ni hacer el trabajo en la finca. Creo que tienen miedo de perder esa autoridad, de que las mujeres también puedan manejarse solas. Pero yo no tengo problema porque estoy sola y trabajo, y eso lo aceptan. Y en la cooperativa, el trato entre varones y mujeres es igual, hay otras socias.

Como Alba, 1700 personas, todas ellas productoras de pequeñas fincas situadas en el departamento de Arroyos y Esteros, en Paraguay, han visto cómo sus vidas han cambiado. Ahora disponen de ingresos y formación regulares, que les permiten mejorar sus condiciones de vida, cultivar sus propios productos y participar de manera activa en su comunidad. Oxfam Intermón vende el azúcar de Manduvirá en sus tiendas de comercio justo.

A diferencia de otras zonas del país, Arroyos y Esteros está basado en la propiedad minifundista, y eso contribuye a mantenerlo alejado de los conflictos que está viviendo buena parte del país, relacionados con la reinvindicación de la tierra. Actualmente Paraguay vive la cruel paradoja de que produce alimentos para 50 millones de personas pero 1 millón 300.000 pasa hambre. La experiencia de esta cooperativa demuestra que es posible un modelo rural que apoye a los pequeños productores y que sea sostenible, eficiente y rentable.

LO QUE HAY DETRÁS DEL AZÚCAR

En los países industrializados consumimos unos 30 kilos por persona y año: el azúcar está presente en el pan, los lácteos y muchos productos elaborados. Actualmente, desde la salsa de tomate hasta los embutidos contienen azúcar, lo de menos es la cucharita del café por la mañana. En 2011 se produjeron 168 millones de toneladas de azúcar en todo el mundo, de las que el 80% procede del cultivo de caña, una planta de clima tropical que cada vez se está destinando más a producir biocombustibles.

En un planeta donde 1000 millones de personas pasan hambre, destinar productos de alimentación para dar de comer a los automóviles genera controversia. En países como Paraguay, primer exportador del mundo de azúcar orgánico, a este hecho se suma al boom de la soja, un producto que se destina íntegramente a la exportación para alimentar al ganado europeo y chino y para producir biocombustibles. La lucha por la tierra se está convirtiendo en un grave conflicto social y económico con consecuencias extremas como la expulsión de campesinos, que emigran a las ciudades o a otros países, como España. El de Paraguay es un caso que, con diferencias, ocurre también en Guatemala, Brasil y Camboya, entre otros países.

Extraído de http://www.oxfamintermon.org

Coca-Cola y su «tolerancia cero» ante el acaparamiento de tierras

Nuevos avances en la campaña «Tras la marca»

Extraído de http://www.oxfamintermon.org/es/sala-de-prensa/nota-de-prensa/coca-cola-adopta-una-politica-de-tolerancia-cero-ante-acaparamiento-de

Coca-Cola adopta una política de tolerancia cero ante el acaparamiento de tierras en su cadena de suministro

Oxfam acoge con satisfacción las promesas de Coca-Cola de actuar ante la increíble respuesta del público a la campaña.

Imagen del informe de Oxfam «La fiebre del azúcar» (c) Tatiana Cardenal / Oxfam

«La respuesta del público a esta campaña ha sido enorme. Esto demuestra que ninguna empresa es demasiado grande como para no tener que escuchar a sus consumidores.»

Coca-Cola se ha comprometido hoy a dar los pasos pertinentes para acabar con los acaparamientos de tierra en su cadena de suministro después de que casi 225.000 personas hayan firmado una petición y emprendido acciones para exigir a las empresas de alimentación y bebidas que respeten los derechos sobre la tierra de las comunidades. Estas acciones se enmarcan en la campaña de Oxfam Tras la Marca.

Asimismo, la empresa se ha comprometido a lograr que sus empresas embotelladoras y franquicias también lo hagan. Además, Coca-Cola ha afirmado que llevará a cabo análisis sociales y medioambientales en su cadena de suministro, comenzando por Colombia, Guatemala y Brasil y siguiendo con la India, Sudáfrica y otros países. También hará públicos los nombres de sus proveedores de azúcar.

PepsiCo y Associated British Foods (ABF), las otras dos empresas objetivo de la campaña de Oxfam, aún deben abordar las cuestiones denunciadas en el informe La fiebre del azúcar.

«Hoy, una de las mayores empresas del mundo se ha movilizado para asumir una mayor responsabilidad por el impacto de sus actividades», ha señalado Paula San Pedro, investigadora Oxfam Intermón. «Coca-Cola ha dado un importante paso adelante para demostrar a sus clientes y a las comunidades de las que depende que aspira a ser parte de la solución a los acaparamientos de tierras. Esto se reflejará en toda la industria».

«La respuesta del público a esta campaña ha sido enorme. Esto demuestra que ninguna empresa es demasiado grande como para no tener que escuchar a sus consumidores. Las empresas de alimentación y bebidas más grandes del mundo están cambiando su forma de funcionar porque los consumidores así lo han exigido«.

Oxfam acoge con satisfacción el compromiso de Coca-Cola de aplicar una política de tolerancia cero ante el acaparamiento de tierras además de comprometerse a:

1. adherirse al principio de consentimiento libre, previo e informado en todas sus actividades y exigir a sus proveedores –incluidas las empresas embotelladoras y franquicias independientes– que hagan lo mismo.

2. hacer públicos de forma inmediata los tres principales países y empresas proveedores del azúcar de caña que consume.

3. realizar y publicar evaluaciones sociales, medioambientales y sobre derechos humanos –realizadas por terceros–, así como sobre la problemática de la tierra, comenzando por siete países proveedores clave: Brasil, Colombia, Guatemala, India, Filipinas, Tailandia y Sudáfrica.

4. colaborar con Gobiernos y organismos internacionales para apoyar prácticas responsables con respecto a los derechos sobre la tierra.

5. abordar junto a los proveedores los casos citados en el informe de Oxfam Un trago amargo para encontrar soluciones que respondan a las preocupaciones de las comunidades afectadas.

Como el mayor comprador de azúcar del mundo, Coca-Cola tiene un inmenso poder de influencia sobre sus proveedores y la industria. Estos pasos mejorarán la transparencia y la rendición de cuentas en la cadena de suministro de Coca-Cola y contribuirán a impulsar estándares más sólidos en toda la industria. Como resultado de estos compromisos, Coca-Cola adoptará medidas preventivas para evitar conflictos sobre la tierra que provoquen el desalojo de familias campesinas de sus hogares.Es posible consultar los compromisos íntegros de la empresa en: http://www.coca-colacompany.com/

Coca-Cola, PepsiCo y Associated British Foods se enfrentan a una presión pública cada vez mayor para que hagan frente a la problemática de los derechos sobre la tierra. De acuerdo con un análisis realizado por Oxfam mediante la herramienta de seguimiento de redes sociales Topsy.com, desde el lanzamiento de su campaña, el pasado 2 de octubre:

 el 51% de los tuits en los que se mencionaba a @CocaColaCo eran publicados por Oxfam y sus colaboradores y colaboradoras.

• el 43% de los tuits en los que se mencionaba a @PepsiCo eran publicados por Oxfam y sus colaboradores y colaboradoras.

• el 58% de los tuits con la etiqueta #ABF eran publicados por Oxfam y sus colaboradores y colaboradoras.

“Aplaudimos el liderazgo de Coca-Cola con su política de tolerancia cero ante el acaparamiento de tierras. Se trata de un primer paso vital”, afirma Paula San Pedro. «Ahora, seguiremos de cerca las acciones de la empresa para comprobar que cumple sus promesas. En concreto, seguiremos demandando junto a organizaciones socias locales que se encuentre una solución adecuada para las comunidades en Brasil y Camboya que continúan luchando para recuperar sus derechos sobre la tierra. La pelota está ahora en el tejado de PepsiCo y ABF. Deben responder a las exigencias de cientos de miles de personas».

Notas a los editores:

1. Petición de Oxfam dirigida a Coca-Cola, PepsiCo y Associated British Foods disponible en:www.oxfamintermon.org/traslamarca

2. Investigación de Oxfam sobre los casos de acaparamientos de tierras en las cadenas de suministro de azúcar disponible en: http://www.oxfamintermon.org/es/documentos/14/10/13/fiebre-del-azucar

3. Clasificación de empresas de alimentación y bebidas de la campaña de Oxfam Tras la marca disponible en:www.oxfamintermon.org/traslamarca