Informe: el Comercio Justo en España, 2014

33,2 millones de euros fue la facturación de productos de Comercio Justo registrada en España en 2014, lo que supone un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Así lo recoge el informe “El Comercio Justo en España 2014. Sector textil e injusticia comercial”, presentado esta mañana.

Las cifras del Comercio Justo en 2014

La principal razón que explica el incremento de las ventas de Comercio Justo es el creciente número de espacios donde se pueden encontrar estos productos. De hecho, según el informe, las compras en grandes superficies aumentaron seis puntos respecto al año anterior. Actualmente, el 35% de las ventas se produce en estos establecimientos, en tanto que en el canal HORECA (hostelería, restauración y catering) la cifra asciende al 37%. Con un porcentaje más bajo, del 23,8%, se sitúan los minoristas. Dentro de este grupo, las compras realizadas en tiendas de Comercio Justo supusieron 5,9 millones de euros (17% del total), lejos de los más de 11 millones obtenidos en 2009. “En estos establecimientos especializados, del pequeño comercio, es donde se notan los efectos de la crisis.”, ha explicado Juan José Martínez, vicepresidente de la CECJ. “Los clientes no han disminuido pero sí el gasto que realizan”, ha añadido.

Los datos reflejan que la alimentación sigue siendo la protagonista indiscutible, con un 90% de la facturación. Solo un producto, el café, genera el 42% de los ingresos, aunque el azúcar va ganando terreno ya que ha aumentado en 4,5 puntos sus ventas respecto al año pasado. Ambos productos junto con los dulces (productos elaborados con azúcar y/o cacao) son los responsables de casi tres cuartas partes de las ventas. Por otro lado, la artesanía se mantiene estable, aunque en niveles bajos. En este subsector lo más vendido son los complementos, seguidos de los artículos textiles, que representan un 1,5% de la facturación. Por su parte, la cosmética aumenta sus ventas que constituyen un 2% del total.

De los productos de Comercio Justo vendidos, una mayoría (77%) cuenta con el sello Fairtrade, la certificación más extendida a nivel mundial que garantiza el cumplimiento de los principios del Comercio Justo. De ellos, una parte ha sido distribuida por las organizaciones importadoras de Comercio Justo, pero la mayor parte lo ha sido a través de empresas convencionales. Desde el 2008, año en que comenzó la expansión de Fairtrade en España, los productos certificados por dichas empresas han pasado de los 60.000 euros a los 19,6 millones en 2014. Por otro lado, el 23% de los productos de Comercio Justo vendidos en nuestro país cuentan con otros sellos de certificación o con el aval de la Organización Mundial del Comercio Justo.

Pese al crecimiento y a la expansión del sector, España sigue estando a la cola de consumo de Comercio Justo en relación con el resto de Europa. En nuestro país, en 2014 el gasto medio por habitante en estos productos fue de 0’7 euros, muy lejos de la media europea que se sitúa en 13,4 euros. En este sentido, por debajo de España solo se encuentran la República Checa, Letonia y Lituania. Por el contrario, los países europeos donde el Comercio Justo genera más ingresos son Suiza (44 euros por habitante y año), Reino Unido (32 euros) y Finlandia (29 euros).

Otro dato que refleja el informe es el gasto que las Administraciones Públicas realizan en productos de Comercio Justo, que es apenas de un 0,09% de la facturación total. Una cifra que ya era exigua antes de la crisis (no llegaba al 1%) y que en estos años ha ido descendiendo. “Queremos hacer una llamada de atención a los y las responsables políticos para que en los contratos de suministros y licitaciones favorezcan los criterios sociales y medioambientales, como los del Comercio Justo. Para las administraciones los criterios económicos no pueden ser los únicos que se tengan en cuenta a la hora de decidir”, ha declarado J. Martínez.

Informe completo: El CJ en España 2014, sector textil e injusticia comercial

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El CJ y el transporte de los alimentos

“El Comercio Justo y el Transporte de los Alimentos”

Fairtrade acaba de publicar este nuevo dossier que pone de relieve que la sostenibilidad y la importación de alimentos no tienen por qué estar reñidos, sobre todo cuando se trata  de alimentos que provienen de países en vías de desarrollo  y en cuya producción se hanrespetado las personas y el medio ambiente. El análisis contiene ejemplos concretos que llevan a la conclusión de que los kilómetros que cada producto recorre en transporte influyen, pero no son el indicador más  importante para valorar el grado de sostenibilidad de un alimento.

Portada Dossier Comercio Justo y el transporte de los alimentos
El Comercio Justo es un movimiento social con la misión de fomentar el desarrollo en el Sur a través de relaciones comerciales más equitativas. Fairtrade es lacertificación de producto que garantiza que estos han sido producidos y comercializados acorde a los estándares internacionales de Comercio Justo elaborados por Fairtrade International.
El Comercio Justo ha demostrado ser una herramienta muy eficaz a la hora de fomentar el desarrollo rural y la agricultura sostenible (más información y datos por ejemplo en el reciente estudio internacional realizado por el instituto CEVAL). La mayor parte de los productos de Comercio Justo proviene de Cooperativas de Pequeños Productores. Sus miembros trabajan sus tierras de forma tradicional, a la vez que incorporan nuevos conocimientos de agricultura sostenible y amigable con el medio ambiente haciendo un uso racional del agua, de la energía y de los fertilizantes. Los pequeños productores ano suelen usar métodos de agricultura industrial intensiva. Las condiciones climatológicas en los que se cultivan los productos de Comercio Justo son además normalmente más adecuadas y  propicias para el cultivo agrícola que en el norte de Europa dónde la falta de horas de sol se compensa con el uso intensivo de energía eléctrica y de fertilizantes.

El clima, la forma de cultivo, el uso de métodos tradicionales, el cultivo en pequeñas parcelas etc. son factores que favorecen una huella de carbono baja en la producción de muchos productos de Comercio Justo. A ello hay que añadir la importancia social y económica que la venta de estos productos tiene para los productores y sus comunidades, y para el desarrollo de regiones enteras.

Frente a estas ventajas en cuanto a la huella de carbono en la producción, el CO2 emitido por el transporte es responsable de una parte pequeña de la huella de carbono en total. Por ello la suposición “producto de cerca equivale a menos CO2” no suele ser cierta, ya que no tiene en cuenta ni las condiciones de producción, ni el procesamiento, ni el embalaje, ni el punto de venta. Y a la vez  es una ecuación muy dañina para los productores en países en vías de desarrollo para los que la exportación de sus productos en condiciones de Comercio Justo es una oportunidad de desarrollo y una forma de salir de la pobreza.

Extraído de Sello Comercio Justo